Imagen: Parque Nacional Cabo Pulmo.

23 septiembre 2012

Transgénicos e irresponsabilidad

Fuente: Editorial de La Jornada, 23 de septiembre de 2012.

La difusión de un estudio elaborado por el Comité de Investigación e Información Independiente sobre Genética de la Universidad de Caen, Francia, en el que se documenta la aparición de tumores cancerígenos en ratas alimentadas con una variedad de maíz transgénico producido por la empresa Monsanto, ha reavivado el debate internacional sobre la seguridad de consumir y comerciar organismos genéticamente modificados.


La preocupación con que han reaccionado representantes y autoridades de varios países en el viejo continente es justificada en la medida en que el estudio referido representa el indicador más contundente hasta ahora sobre los impactos nocivos del maíz transgénico en la salud, si bien no es el único: un precedente ineludible es el estudio publicado en diciembre de 2009 en el International Journal of Biological Sciences, en el que se prueba que tres variedades de maíz genéticamente modificado, producidas por Monsanto, pueden ocasionar daños a los riñones, el hígado y el corazón. Mucho más documentadas están las afectaciones generadas por este tipo de organismos a la biodiversidad de los entornos en que se cultivan: durante la primera década de este siglo, el Registro de Contaminación Transgénica, gestionado por la organización británica GeneWatch, documentó más de 216 casos de contaminación transgénica en 57 países, incluido el nuestro.
Por lo que hace al ámbito económico, es innegable a estas alturas que esos cultivos han fallado como solución para erradicar el hambre y la pobreza de los campesinos en el orbe, como han sostenido sus promotores a lo largo de las pasadas dos décadas. Por el contrario, el desarrollo de esta biotecnología ha contribuido al control oligopólico de la industria agroalimentaria en el mundo, como lo confirma el hecho de que la mayoría de las patentes de transgénicos se encuentran en manos de un puñado de compañías, y que tres de ellas –Syngenta, DuPont-Pioneer y la propia Monsanto– controlan más de 90 por ciento del mercado de esos alimentos.
No es gratuito, en suma, que un número creciente de productores agrícolas, organizaciones ambientalistas y consumidores en el planeta rechacen la utilización de este tipo de tecnología, la cual, pese a ser presentada como la panacea para los rezagos alimentarios, conlleva muchos más riesgos que ventajas, y cuyo impulso no se explica sino como consecuencia del vasto poder económico y la capacidad de presión política de las mencionadas compañías.
Por lo que hace a nuestro país, la publicación del referido estudio adquiere mayor relevancia a la luz del avance y la consolidación que han tenido los cultivos de maíz transgénico en el territorio durante los recientes tres años, luego de que concluyó la moratoria que privaba en la materia desde hace más de una década. La coyuntura actual debiera orillar a las autoridades agrícolas del país a reconsiderar la pertinencia del uso de una tecnología agroindustrial que no sólo implica riesgos severos a la biodiversidad en México –centro de origen del maíz y principal consumidor de ese grano en el mundo–, sino que también representa una amenaza para la economía nacional, para la soberanía alimentaria y para la salud de la población.
Si lo que se quiere es garantizar en el país el pleno derecho a la alimentación, lo procedente es impulsar un viraje en el actual modelo de producción agrícola y promover apoyos gubernamentales al desarrollo rural y a los pequeños productores, pues al final son éstos, y no las grandes trasnacionales, los que pueden resolver los problemas de desabasto de comida y garantizar la autosuficiencia alimentaria en países como el nuestro. Mantener el rumbo actual en esa materia y preservar y ampliar los márgenes para los organismos genéticamente modificados sería, por el contrario, un absurdo y una irresponsabilidad política monumental.

21 septiembre 2012

México mantiene liderazgo en el protocolo de Montreal

Fuente: El Editorial de Veracruz | 17 de septiembre de 2012


En el marco de la celebración del 25 aniversario del Protocolo de Montreal para la protección de la Capa de Ozono, México destaca en el cumplimiento con los compromisos ante este tratado internacional, y especialmente en la presente Administración se han obtenido logros que van más allá de lo establecido.
El Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira Quesada, sostuvo que “sólo con pasos firmes y decididos es como podemos garantizar la recuperación y preservación de la capa de ozono y la mitigación de los efectos climáticos en beneficio de la salud humana y del planeta”.
Recordó que desde 2007, el gobierno mexicano eliminó el consumo de halones, sustancias utilizadas para la mitigación de incendios; en 2009, se logró de manera exitosa suprimir el consumo de los clorofluorocarbonos (CFC), utilizados en aerosoles, refrigeración, aires acondicionados y espumas de poliuretano; asimismo, se excluyó la presencia de esta sustancia en los procesos de fabricación de inhaladores de dosis medida que se utilizan en el tratamiento de enfermedades pulmonares y de asma.
En 2010 quedó erradicado el uso de Bromuro de metilo en el cultivo de flores y se trabaja para eliminar esta sustancia en otros cultivos hortícolas, así como en la fumigación de estructuras de almacenaje como silos, molinos y bodegas, entre otros; a la fecha el consumo de esta sustancia se ha reducido en más de un 50por ciento. Este mismo año, se eliminó el uso de 80 toneladas anuales de tetracloruro de carbono (TCC), como agente de proceso en la producción de cloro.
La Semarnat busca reducir el consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono en laboratorios, y sólo permitirlo para usos aprobados por el Protocolo de Montreal, ajustando las cantidades del consumo actual a lo mínimo necesario conforme a los criterios establecidos en ese documento, sin descuidar los requerimientos del país para los análisis de laboratorio.
Actualmente, México trabaja en el Plan de Preparación para la eliminación de los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), sustitutos de los CFC. El consumo aproximado de HCFC en nuestro país es de mil 172 toneladas potenciales de HCFC, el compromiso de reducción establecido en el Protocolo de Montreal es en primer término eliminar el 10 por ciento en 2015. Sin embargo en la Fase I del Planmencionado se pretende que hacia el 2018 se elimine el uso de 351 toneladas potenciales de estas sustancias contaminantes, lo que significará una reducción de 30 por ciento del consumo base establecido para el país.
Otra acción importante que lleva a cabo el Gobierno Federal es la recuperación de todas las sustancias contenidas en los refrigeradores y aires acondicionados mediante el programa FIDE, “Cambia tu viejo por uno nuevo”. Aun cuando las Partes del Protocolo de Montreal no están obligadas a recuperar sustancias en equipos viejos, el gobierno de México lo hace por tratarse de un área de oportunidad para la recuperación y eliminación de clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC), contenidos en estos aparatos.
Con estas acciones, México ha reiterado en la actual Administración su compromiso de continuar avanzando en la eliminación de las sustancias agotadoras de la capa de ozono. Asimismo, reconoce la importancia de la cooperación internacional en la atención de otros graves problemas ambientales que enfrentamos hoy en día, como el Cambio Climático, para lo cual la experiencia generada por el Protocolo de Montreal es de gran valía.

20 septiembre 2012

Causa cáncer en ratas maíz transgénico de Monsanto

Fuente: Periódico La Jornada, 20 de septiembre de 2012.

  • Expertos franceses estudiaron variedad producida por la empresa estadunidense
  • Roedores que llevaron una dieta que contenía NK63, para tolerar las dosis de un químico permitido en EU, murieron antes que otros que siguieron un régimen normal, dice especialista


Las ratas alimentadas durante toda su vida con maíz transgénico de Monsanto o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido, Roundup, sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos, según un estudio francés publicado este miércoles, el cual generó duras críticas de expertos independientes.
Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y colegas, dijeron que las ratas alimentadas con una dieta que contenía NK63, variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de Roundup, o a las que se dio agua que contenía ese químico, permitido en Estados Unidos, murieron antes que las que siguieron una dieta normal.
Expertos que no participaron en el estudio se mostraron altamente escépticos sobre sus métodos y hallazgos, y algunos acusaron a los científicos franceses de embarcarse en una salida estadística.
Los animales bajo dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en hígados y riñones. El estudio fue publicado en la revistaFood and Chemical Toxicology y presentado en una conferencia de prensa en Londres.
Los investigadores dijeron que 50 por ciento de los machos y 70 de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo 30 y 20 por ciento en el grupo de control.
Son productos seguros, alega la compañía
Monsanto no estuvo disponible de inmediato para realizar comentarios; sin embargo, anteriormente había dicho que que sus productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de riesgos para la salud de los humanos o animales derivados del consumo de cultivos transgénicos.
Los transgénicos son muy poco populares en Europa y muchos otros países, pero dominan los cultivos claves de Estados Unidos luego de que Monsanto introdujo en 1996 soya genéticamente modificada para tolerar su fertilizante Roundup.
Los especialistas a los que periodistas pidieron que revisen el artículo advirtieron tener mucho cuidado al sacar conclusiones de la investigación.
Tom Sanders, jefe de la división de investigación de ciencias nutricionales del Colegio Real de Londres, señaló que el equipo de Seralini no había proporcionado ningún dato sobre qué cantidad de alimento recibieron las ratas o cuáles eran sus tasas de crecimiento.
Estas ratas son muy propensas a los tumores mamarios, particularmente cuando no se le restringe la ingesta de alimentos, indicó en un comentario enviado por correo electrónico.

Los métodos estadísticos no son convencionales y las probabilidades no están ajustadas a comparaciones múltiples. No hay un plan de análisis de los datos claramente definido y parecería que los autores se han embarcado en una salida estadística.
Mark Tester, profesor de la Universidad de Adelaide, en Australia, dijo que los resultados del estudio generaban la duda de por qué ninguna investigación anterior había despertado preocupaciones similares.
Si los efectos son tan graves como se propone y si el trabajo es realmente relevante para los humanos, ¿por qué los estadunidenses no están cayendo como moscas? Los transgénicos han estado en la cadena alimenticia durante más de una década allí, y la longevidad sigue aumentando inexorablemente, indicó en un comentario enviado por correo electrónico.
Mientras quienes respaldan los cultivos transgénicos dicen que estudios anteriores han demostrado abrumadoramente su seguridad, los críticos argumentan que la información disponible sobre los efectos a largo plazo aún es limitada, ya que los cultivos han estado en el mercado sólo por alrededor de 15 años.
Seralini informó que parte de un equipo expresó temores sobre la seguridad basándose en un estudio en ratas de menor duración publicado en diciembre de 2009 en una revista científica, pero éste lleva las cosas un paso más allá, al seguir a los animales a lo largo de su ciclo vital, de dos años.
Cree que sus estudios más recientes en ratas aportan un punto de vista más realista y mejor documentado sobre los riesgos de los ensayos de alimentación durante 90 días que forman la base de las aprobaciones de cultivos modificados, ya que tres meses es sólo el equivalente de la primera fase de la edad adulta en ratas.
El francés José Bove, vicepresidente de la comisión de agricultura del Parlamento Europeo y conocido opositor de los transgénicos, pidió la suspensión inmediata de todas las cosechas y autorizaciones de importaciones de cultivos genéticamente modificados en la Unión Europea (UE).
El estudio probablemente también generará roces en Estados Unidos, donde quienes se oponen a los transgénicos luchan en California por lograr que se retiren todos los alimentos genéticamente modificados de la cadena alimenticia.



01 septiembre 2012

“Congelan” proyecto turístico

Fuente: Periódico El Universal, 1 de septiembre de 2012.

Desiste empresa de evaluación de la Semarnat para impacto ambiental




La empresa Desarrollos La Ribera, que busca operar el proyecto “Los Pericúes” en la zona de Cabo Pulmo (Patrimonio de la Humanidad), retiró su solicitud de revisión y autorización del proyecto sometido ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De acuerdo con un breve comunicado de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), la empresa presentó de manera oficial “el desistimiento de Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto turístico ‘Los Pericúes’, que ingresó el pasado 20 de agosto”.
Según el comunicado, la empresa buscará socializar el proyecto con la comunidad de Cabo Pulmo, a fin de integrar opiniones de residentes y de las diversas organizaciones civiles.
“El motivo que argumenta la empresa es su preocupación por extender a la comunidad la propuesta de su proyecto, a fin de integrar las opiniones de la sociedad y de organizaciones civiles”.
Indicó que la Semarnat valora la responsabilidad de la empresa “en su compromiso de integrar las opiniones de los sectores involucrados” en la propuesta del proyecto, ya que estas acciones —afirmó— enriquecen el objetivo de la conservación y el cuidado del medio ambiente.
Agustín Bravo Gaxiola, representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) zona noroeste, sostuvo que lo anterior representa un “triunfo para la sociedad civil”, la cual de manera contundente expresó su rechazo de inmediato a lo que parecía ser “la misma iniciativa, pero maquillada de Cabo Cortés”.
Entrevistado por EL UNIVERSAL, manifestó que el proyecto denominado “Los Pericúes” tenía muchas similitudes a Cabo Cortés y, según afirmó, aunque habría cambiado de nombres era impulsado por los mismos promoventes.
Bravo Gaxiola agregó que el proyecto apenas promovió su autorización recibió fuertes cuestionamientos por representar de igual modo un riesgo para el arrecife del Parque Natural Cabo Pulmo.
Manifestó que si efectivamente los inversionistas se acercan a la comunidad, deberán hacerlo para analizar el tipo de proyectos que son viables para la región.
“Cualquiera que quiera impulsar una iniciativa de esta envergadura debe tener un acercamiento horizontal y de buena fe con los gobiernos locales y la población para establecer en conjunto cuáles proyectos sí son viables ambiental, social y económicamente”.
El representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental resaltó que corresponde al gobierno federal iniciar un proceso para la protección del parque, ahora en su parte terrestre, a fin de evitar que nuevas iniciativas pongan en riesgo la riqueza ambiental de la zona.
“El gobierno federal debe, de una vez por todas, tomar medidas para proteger la región de Cabo Pulmo. Hay una agenda pendiente en este tema. No para que no se haga nada en el lugar, al contrario, se deben sentar las bases para que haya proyectos, pero que sean sustentables”.