NUSA DUA, Indonesia (EFE).- México asumirá el reto de liderar las negociaciones para lograr un acuerdo en la cumbre sobre cambio climático de Cancún y apuesta por buscar puntos de encuentro en lugar de debatir su formato legal, dijo hoy el secretario mexicano de Medio Ambiente, Juan Rafael Elvira Quesada.
Elvira Quesada, cuyo país acogerá a finales de año la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-16), definió estas prioridades en una entrevista con Efe en el Foro Ministerial Global sobre Medio Ambiente que se clausuró hoy en la isla indonesia de Bali.
Resaltó que en esta etapa de las conversaciones "no interesa" fijar si el documento que se alcance será vinculante o no, sino dotarlo de un contenido concreto, de "sustancia", que consiga atraer e involucrar al mayor número posible de países.
"México no quiere generar grandes expectativas, sino alcanzar grandes metas. A pesar de las dificultades, México está decidido a forjar algo grandioso para la humanidad (en la conferencia de Cancún)", aseguró el ministro mexicano.
En este sentido, subrayó que su país ha acudido a Bali, al primer encuentro internacional sobre Medio Ambiente tras la conferencia de Copenhague de diciembre pasado, sin una hoja de ruta preconcebida, sino a "escuchar" y a "tomar nota".
No obstante, Elvira Quesada señaló que el acuerdo alcanzado en Copenhague es el punto de partida sobre el que seguir construyendo el consenso global para combatir el calentamiento global.
Para lograr el éxito en México, abogó por relanzar el proceso negociador a corto plazo, recuperar el impulso perdido tras Dinamarca y espolear el diálogo entre las partes en el camino hacia Cancún.
Estimó que puede ser muy beneficioso para el proceso negociador que en los próximos meses comiencen a fluir los fondos de arranque rápido comprometidos en Copenhague y que empiecen a ponerse en práctica los proyectos REDD de conservación forestal.
El secretario mexicano de Medio Ambiente consideró "fundamental recuperar la confianza" entre los países para conseguir el consenso mundial, un elemento que resultó dañado en Copenhague al no lograrse el pacto vinculante que pedían muchos.
Para conseguir esa confianza, México impulsará "sinceridad", "claridad", "transparencia" e "inclusividad" en las negociaciones.
Elvira Quesada resaltó asimismo el "papel crucial" que puede desempeñar su país en las conversaciones, porque es "el puente entre el Norte y el Sur, el puente entre el Este y el Oeste".
"Vamos a prestar una atención especial a los países en vías de desarrollo: a América Latina, Asia y África", adelantó el ministro mexicano.
En coincidencia con las posturas de México, más de un centenar de países subrayaron hoy en el encuentro informal de Bali la "urgente importancia" de realizar progresos en las negociaciones sobre cambio climático partiendo de la base del Acuerdo de Copenhague.
Asimismo, señalaron que es necesario un sistema de conversaciones entre gobiernos "más inclusivo, más transparente y más abierto" que permita "reforzar la confianza entre países".
Por su parte, el responsable de cambio climático de la ONU, Yvo de Boer, se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en la Conferencia de México y de lograr allí "lo que Copenhague no pudo".
El Foro Ministerial Global ha congregado a ministros, delegados y expertos de más de 130 países durante una semana en Bali.
26 febrero 2010
12 febrero 2010
El tráfico de especies ocupa el tercer lugar del comercio ilícito en México
Fuente: Periódico La Jornada, 12 de febrero de 2010.
El tráfico de flora y fauna ocupa el tercer lugar del comercio ilícito en México, después de las drogas y las armas; cuenta con rutas en el Pacífico, el sureste y golfo norte, con un gran número de bandas organizadas y tiene mercados localizados en el norte y centro del país, advirtió Javier Sosa Escalante, director general de Inspección vigilancia de Vida Silvestre de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Las principales especies que se trafican son aves, reptiles, orquídeas y cactáceas, y tan sólo en 2009 se decomisaron 22 mil 346 ejemplares, pero se desconoce la cantidad que se mueve en ese mercado. Las variedades más comunes son el perico atolero, mono araña, iguanas, aguililla de Harris, halcón cola roja, tortugas y cactáceas.
Dijo que, de acuerdo con la Interpol, las ganancias que deja este movimiento ilícito de biodiversidad asciende a 10 mil millones de dólares, aunque no se cuenta con datos del tamaño del mercado en el país.
Durante una conferencia de prensa, en la cual se dio a conocer el más reciente decomiso en el mercado de plantas Madre Selva, en Xochimilco, donde se recuperaron 223 ejemplares de flora en riesgo de extinción, el funcionario destacó que este delito es grave y lo ejecuta una delincuencia organizada, por lo que se castiga con una penalidad de hasta nueve años de prisión.
Destacó que los principales mercados están en el centro del país, el Distrito Federal, Puebla, Guadalajara y Charco Cercado; en el noreste Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Monterrey, mientras que entre los destinos fronterizos se encuentran Tijuana y Mexicali. En tanto, los sitios de donde se extraen las especies son Chiapas, Campeche y Chihuahua.
Detalló que el año pasado se hicieron detenciones importantes, entre ellas, las de los principales líderes que manejan el tráfico de especies en los mercados de Sonora, Cuemanco y Morelos, en el Distrito Federal, y en Charco Cercado, San Luis Potosí.
Sostuvo que este tipo de bandas no tienen nexos con el narcotráfico, ni el tráfico de armas, aunque su modus operandi es similar y durante este año se impulsará su combate.
- Profepa: las ganancias que deja este delito serían de unos 10 mil millones de dólares
- Aves, reptiles, orquídeas y cactáceas, lo más demandado en el mercado negro en el país
El tráfico de flora y fauna ocupa el tercer lugar del comercio ilícito en México, después de las drogas y las armas; cuenta con rutas en el Pacífico, el sureste y golfo norte, con un gran número de bandas organizadas y tiene mercados localizados en el norte y centro del país, advirtió Javier Sosa Escalante, director general de Inspección vigilancia de Vida Silvestre de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Las principales especies que se trafican son aves, reptiles, orquídeas y cactáceas, y tan sólo en 2009 se decomisaron 22 mil 346 ejemplares, pero se desconoce la cantidad que se mueve en ese mercado. Las variedades más comunes son el perico atolero, mono araña, iguanas, aguililla de Harris, halcón cola roja, tortugas y cactáceas.
Dijo que, de acuerdo con la Interpol, las ganancias que deja este movimiento ilícito de biodiversidad asciende a 10 mil millones de dólares, aunque no se cuenta con datos del tamaño del mercado en el país.
Durante una conferencia de prensa, en la cual se dio a conocer el más reciente decomiso en el mercado de plantas Madre Selva, en Xochimilco, donde se recuperaron 223 ejemplares de flora en riesgo de extinción, el funcionario destacó que este delito es grave y lo ejecuta una delincuencia organizada, por lo que se castiga con una penalidad de hasta nueve años de prisión.
Destacó que los principales mercados están en el centro del país, el Distrito Federal, Puebla, Guadalajara y Charco Cercado; en el noreste Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Monterrey, mientras que entre los destinos fronterizos se encuentran Tijuana y Mexicali. En tanto, los sitios de donde se extraen las especies son Chiapas, Campeche y Chihuahua.
Detalló que el año pasado se hicieron detenciones importantes, entre ellas, las de los principales líderes que manejan el tráfico de especies en los mercados de Sonora, Cuemanco y Morelos, en el Distrito Federal, y en Charco Cercado, San Luis Potosí.
Sostuvo que este tipo de bandas no tienen nexos con el narcotráfico, ni el tráfico de armas, aunque su modus operandi es similar y durante este año se impulsará su combate.
07 febrero 2010
Congreso Nacional de Protección Civil
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01 febrero 2010
El papel de las ONG ambientales en el siglo XXI
por Raúl Guzmán Enzástiga
¿Qué papel debe jugar la sociedad civil en lo referente a protección ambiental, en el siglo XXI?
La sociedad civil organizada en grupos no gubernamentales (sindicatos, asociaciones, comunidades, clubes, entre otros) ha permitido exigir el respeto a los derechos de los individuos y ha logrado ganar batallas contra la intransigencia y abuso de los gobiernos y corporaciones.
En el panorama ambiental, las ONGs juegan el papel crucial de permitir la participación ciudadana en el reclamo y ejercicio de los derechos ambientales. Sin embargo, las ONGs a menudo se ven rebasadas por dificultades recurrentes, como la escasez de recursos humanos y materiales, que se reflejan en un pobre poder de convocatoria, una escasa difusión y en acciones poco contundentes.
Adicionalmente, el siglo XXI trae consigo nuevas amenazas y oportunidades para las ONGs, de manera que sólo sobrevivirán las que logren adaptarse a las exigencias del panorama sociocultural.
Como primer punto, vivimos una época de cambios rápidos, de manera que si las acciones de protección ambiental no son dinámicas, se corre el riesgo de que los esfuerzos de la sociedad civil se vuelvan obsoletos, y por consiguiente, infructíferos. Necesitamos actualizar nuestro discurso. Ya no es suficiente con denunciar los abusos ambientales, sino que debemos estar preparados para actuar en el momento, con acciones bien enfocadas y ofreciendo alternativas reales. Es decir, debemos tratar de ser parte de la solución, no del problema.
Como segundo punto, la información actualizada, incluso en tiempo real, está al alcance de la mano. Ya no es suficiente con utilizar la radio, televisión y medios impresos. Las ONGs además deben aprovechar los recursos electrónicos como redes sociales, mensajes SMS, foros virtuales y blogs como éste, a modo de herramientas cotidianas e imprescindibles de información, difusión, reclutamiento, recaudación de fondos y acción colectiva.
Como tercer punto, debemos tener visión de largo plazo para lograr acciones contundentes. Es decir, las acciones locales, como reforestaciones, campañas informativas y de conciencia ambiental no son la meta, sino la base para proyectos más ambiciosos, que ofrezcan una visión global, de manera que podamos persuadir a los gobiernos y corporaciones, para que por iniciativa propia, y por obligación aceptada concientemente, implementen acciones para prevenir y mitigar el impacto ambiental, de la mano de la sociedad civil.
Como cuarto y último punto, necesitamos aliados, no enemigos, si queremos que nuestras acciones rindan frutos. Me refiero a que el consenso entre sociedad civil, gobierno y corporaciones puede lograr más que las acciones contrapuestas y descoordinadas. En una perspectiva realista, es claro que no podemos detener el desarrollo económico, de manera que es mejor lograr pequeños avances que no lograr nada.
Por otra parte, al buscar aliados es necesario conservar la objetividad en todo momento, para evitar que los gobiernos y corporaciones hagan mal uso de las ONGs. Ejemplo 1: para justificar y legitimar falsas soluciones al cambio climático, como los alimentos transgénicos, la energía nuclear y los biocombustibles a base de cultivos alimentarios. Ejemplo 2: para promover las “tecnologías verdes” que verdaderamente reducen de emisiones, pero son caras, patentadas y se vuelven obsoletas rápidamente, de modo que al final sólo benefician al propietario de la patente.
En resumen, las ONGs deben reflejar lo que realmente quiere la sociedad civil (no las corporaciones), para el medio ambiente en el siglo XXI.
¿Qué papel debe jugar la sociedad civil en lo referente a protección ambiental, en el siglo XXI?
La sociedad civil organizada en grupos no gubernamentales (sindicatos, asociaciones, comunidades, clubes, entre otros) ha permitido exigir el respeto a los derechos de los individuos y ha logrado ganar batallas contra la intransigencia y abuso de los gobiernos y corporaciones.
En el panorama ambiental, las ONGs juegan el papel crucial de permitir la participación ciudadana en el reclamo y ejercicio de los derechos ambientales. Sin embargo, las ONGs a menudo se ven rebasadas por dificultades recurrentes, como la escasez de recursos humanos y materiales, que se reflejan en un pobre poder de convocatoria, una escasa difusión y en acciones poco contundentes.
Adicionalmente, el siglo XXI trae consigo nuevas amenazas y oportunidades para las ONGs, de manera que sólo sobrevivirán las que logren adaptarse a las exigencias del panorama sociocultural.
Como primer punto, vivimos una época de cambios rápidos, de manera que si las acciones de protección ambiental no son dinámicas, se corre el riesgo de que los esfuerzos de la sociedad civil se vuelvan obsoletos, y por consiguiente, infructíferos. Necesitamos actualizar nuestro discurso. Ya no es suficiente con denunciar los abusos ambientales, sino que debemos estar preparados para actuar en el momento, con acciones bien enfocadas y ofreciendo alternativas reales. Es decir, debemos tratar de ser parte de la solución, no del problema.
Como segundo punto, la información actualizada, incluso en tiempo real, está al alcance de la mano. Ya no es suficiente con utilizar la radio, televisión y medios impresos. Las ONGs además deben aprovechar los recursos electrónicos como redes sociales, mensajes SMS, foros virtuales y blogs como éste, a modo de herramientas cotidianas e imprescindibles de información, difusión, reclutamiento, recaudación de fondos y acción colectiva.
Como tercer punto, debemos tener visión de largo plazo para lograr acciones contundentes. Es decir, las acciones locales, como reforestaciones, campañas informativas y de conciencia ambiental no son la meta, sino la base para proyectos más ambiciosos, que ofrezcan una visión global, de manera que podamos persuadir a los gobiernos y corporaciones, para que por iniciativa propia, y por obligación aceptada concientemente, implementen acciones para prevenir y mitigar el impacto ambiental, de la mano de la sociedad civil.
Como cuarto y último punto, necesitamos aliados, no enemigos, si queremos que nuestras acciones rindan frutos. Me refiero a que el consenso entre sociedad civil, gobierno y corporaciones puede lograr más que las acciones contrapuestas y descoordinadas. En una perspectiva realista, es claro que no podemos detener el desarrollo económico, de manera que es mejor lograr pequeños avances que no lograr nada.
Por otra parte, al buscar aliados es necesario conservar la objetividad en todo momento, para evitar que los gobiernos y corporaciones hagan mal uso de las ONGs. Ejemplo 1: para justificar y legitimar falsas soluciones al cambio climático, como los alimentos transgénicos, la energía nuclear y los biocombustibles a base de cultivos alimentarios. Ejemplo 2: para promover las “tecnologías verdes” que verdaderamente reducen de emisiones, pero son caras, patentadas y se vuelven obsoletas rápidamente, de modo que al final sólo benefician al propietario de la patente.
En resumen, las ONGs deben reflejar lo que realmente quiere la sociedad civil (no las corporaciones), para el medio ambiente en el siglo XXI.
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