Taken from: http://www.caribbeannewsnow.com/topstory-Climate-change-talks-open-in-Cancun-with-call-for-balanced%2C-concrete-outcome-3693.html
CANCUN, Mexico -- The United Nations Climate Change Conference opened on Monday in Cancun, Mexico, with the world body’s top official on the issue calling for a balanced and concrete outcome to meet one of today’s biggest challenges.
“You are gathered in Cancun to weave together the elements of a solid response to climate change, using both reason and creativity as your tools,” Christiana Figueres, Executive Director of the UN Framework Convention on Climate Change (UNFCCC), told the gathering.
The UNFCCC is an international treaty which considers what can be done to reduce global warming and to cope with whatever temperature increases are inevitable. Some countries have approved an addition to the treaty, the Kyoto Protocol, which has more powerful and legally binding measures.
The meeting is taking place just days after the UN World Meteorological Organization (WMO) found that concentrations of greenhouse gases in the atmosphere have today reached their highest level since pre-industrial times.
Figueres said a solid outcome in Cancun is urgent given the WMO’s findings as well as because the poorest and most vulnerable need predictable and sufficient assistance to face a serious problem that they did not cause.
“The task is not easy, but it is achievable,” she told delegates attending the two-week meeting, which is the sixteenth session of the Conference of the Parties (COP 16) to the Convention. Participants are expected to conclude agreements related to issues such as technology transfer, mitigation and adaptation, and funding.
“I urge you to resolve these issues with priority so that a balanced outcome in Cancun can be achieved,” she said.
“Looking at what you have achieved over the past months, I am convinced that you can compromise to find your way to a concrete outcome in Cancun,” she added. “That outcome needs to be both firm and dependable and have a dedicated follow-on process for future work.”
Figueres also highlighted a number of “politically charged” issues that need to be tackled, including the need to avoid a gap after the first commitment period of the Kyoto Protocol ends in 2012 and the importance of having clarity on the continuation of the Protocol.
30 noviembre 2010
12 noviembre 2010
Expectativas moderadas para la COP 16
por Raúl Guzmán Enzástiga
A dos semanas de iniciar la COP16 (29 de noviembre a 10 de diciembre de 2010), todo parece indicar que será difícil lograr un acuerdo ambicioso y vinculante de reducción de emisiones. Lo mismo se esperaba en la COP15, en Copenhague, y no se logró.
Las declaraciones más recientes del presidente Calderón y su gabinete indican que las expectativas de la COP16 deben ser moderadas, especialmente después de la falta de acuerdos en la COP15. Adicionalmente, de nada sirve un acuerdo ambicioso si no está respaldado por Estados Unidos y China, que juntos generan el 42% de las emisiones contaminantes del mundo.
Sin embargo, lo que sí podemos esperar es que se formalice el apoyo internacional para impulsar diversos mecanismos de financiamiento, tecnología y políticas sobre cambio climático, que se han ido desarrollando en los últimos años, como el programa de financiamiento internacional REDD+, que a la fecha ha logrado comprometer 4,500 millones de dólares a corto plazo, para reducir las emisiones por deforestación en los países en desarrollo.
En resumen, debemos tener expectativas moderadas de los resultados de la COP16, pero México debe asumir su responsabilidad como anfitrión de este evento, facilitando dentro de lo posible la toma de decisiones que permitan lograr un acuerdo vinculante de mitigación de emisiones antes de 2012, fecha crítica en que termina el periodo de compromisos fijados por el Protocolo de Kioto.
Links recomendados
Página oficial de la COP16:
http://cc2010.mx/
Declaraciones del gobierno mexicano:
http://www.semarnat.gob.mx/informacionambiental/Presentaciones%20Secretario/M%C3%A9xico_ante_el_Cambio_Clim%C3%A1tico%20_y_COP_16.pdf
http://www.eluniversal.com.mx/notas/723095.html
A dos semanas de iniciar la COP16 (29 de noviembre a 10 de diciembre de 2010), todo parece indicar que será difícil lograr un acuerdo ambicioso y vinculante de reducción de emisiones. Lo mismo se esperaba en la COP15, en Copenhague, y no se logró.
Las declaraciones más recientes del presidente Calderón y su gabinete indican que las expectativas de la COP16 deben ser moderadas, especialmente después de la falta de acuerdos en la COP15. Adicionalmente, de nada sirve un acuerdo ambicioso si no está respaldado por Estados Unidos y China, que juntos generan el 42% de las emisiones contaminantes del mundo.
Sin embargo, lo que sí podemos esperar es que se formalice el apoyo internacional para impulsar diversos mecanismos de financiamiento, tecnología y políticas sobre cambio climático, que se han ido desarrollando en los últimos años, como el programa de financiamiento internacional REDD+, que a la fecha ha logrado comprometer 4,500 millones de dólares a corto plazo, para reducir las emisiones por deforestación en los países en desarrollo.
En resumen, debemos tener expectativas moderadas de los resultados de la COP16, pero México debe asumir su responsabilidad como anfitrión de este evento, facilitando dentro de lo posible la toma de decisiones que permitan lograr un acuerdo vinculante de mitigación de emisiones antes de 2012, fecha crítica en que termina el periodo de compromisos fijados por el Protocolo de Kioto.
Links recomendados
Página oficial de la COP16:
http://cc2010.mx/
Declaraciones del gobierno mexicano:
http://www.semarnat.gob.mx/informacionambiental/Presentaciones%20Secretario/M%C3%A9xico_ante_el_Cambio_Clim%C3%A1tico%20_y_COP_16.pdf
http://www.eluniversal.com.mx/notas/723095.html
11 noviembre 2010
La Tierra no sabe de economía
Fuente: El Universal, 11 de noviembre de 2010.
Cancún no será cumbre, será meseta; quizá termine en planicie. En efecto, resulta difícil compartir la decisión de que a la COP-16, la conferencia mundial más importante sobre medio ambiente, no acudan los jefes de Estado y de gobierno. Son ellos los que pueden comprometer a sus países, los que pueden presionar con mayor eficacia a sus sectores industriales para que adopten nuevas normas ambientales; los que pueden enviar a sus congresos la convención que vaya a sustituir al Protocolo de Kioto. Esto no pueden lograrlo los ministros de relaciones exteriores ni los de medio ambiente. Quizá estos últimos tengan mayores conocimientos de las materias y los mecanismos multilaterales de negociación, pero carecen de la fuerza política que poseen los presidentes y primeros ministros para alcanzar un compromiso que detenga el calentamiento global y la fractura definitiva del equilibrio ecológico.
Quizás haya sido el temor a que se calificara a la Conferencia de Cancún como un fracaso, como le sucedió a la previa reunión de Copenhague. Quizá se previó que la presencia masiva de los mandatarios atraería a más grupos de manifestantes, de vándalos y globalifóbicos. Se habrá pensado que era nocivo para la imagen de México mostrar escenas de sometimiento a manifestantes en la zona hotelera. Se habrá considerado también la pesadilla de logística y de seguridad que implica tener juntos a los grandes líderes del mundo. Todas estas pueden ser consideraciones válidas, salvo por el hecho de que ahora sí garantizan el fracaso de la penúltima reunión, antes de que concluya el Protocolo de Kioto. Ahora sí corremos el riesgo de que el mundo se quede sin un gran instrumento internacional para atenuar la emisión de gases efecto invernadero y de que las empresas más contaminantes del mundo tengan obligaciones que cumplir con el planeta. A todas luces, este escenario es más riesgoso que tener manifestantes en la Avenida Tulum o el costo de sellar la zona turística de Cancún.
Si se intentaba reducir las expectativas que se tenían sobre los logros posibles de la COP-16, esto ya se ha logrado.
Cuando 192 países se sientan alrededor de una mesa a discutir algún tema solamente hay dos posibles resultados: se alcanza el mínimo común denominador o los Estados más poderosos movilizan a los más débiles a cambio de presiones o de dádivas y concesiones. Si se alcanza el mínimo común denominador, el esfuerzo colectivo no llegará más allá de una declaración general de principios, sin dientes, sin compromisos obligatorios para las partes. Uno de esos principios puede ser, inclusive, hacer un llamado a continuar con las negociaciones, sin un plazo definido para su culminación.
Así las cosas, el segundo escenario es más realista. China, Estados Unidos, Brasil, la Unión Europea y quizá la India, tienen que llegar a un acuerdo para que la maquinaria mundial pueda ponerse en funcionamiento. El resto de los países son, ante todo, nerviosos espectadores de las decisiones que tomen las grandes potencias. Si China y Estados Unidos, que generan más de la mitad de los gases efecto invernadero, no aceptan mecanismos obligatorios de reducción de emisiones, ninguna convención mundial de medio ambiente podrá prosperar.
El reto es, desde luego, cómo convencer a Washington y a Beijing de que moderen su crecimiento industrial —y por ende desaceleren la creación de empleos y de riqueza— en aras de que el planeta restaure su equilibrio ecológico. El reto es cómo crecer sin provocar que la Tierra llegue a un punto en que resulte imposible sostener la vida. El dilema es claro: la Tierra no sabe de economía.
En sentido inverso, podría también afirmarse que los políticos y muchos industriales y financieros tampoco saben mucho de la Tierra. O les importa poco, frente a la necesidad de ganar votos y generar utilidades.
Así las cosas, una de las pocas alternativas verdaderamente viables para enfrentar el deterioro ambiental es el desarrollo urgente de nuevas tecnologías. Y tienen que ser mejores y más baratas. Ahí está el ejemplo del Protocolo de Montreal, que fue capaz de eliminar los CFCs de las latas de desodorantes y de espuma de rasurar, gracias al descubrimiento de un sustituto —el gas freón— más barato y amable al medio ambiente. Esto ha ayudado grandemente a evitar que la capa de ozono continúe perdiéndose.
Ya que Cancún será una conferencia light, las baterías podrían enfocarse en alcanzar acuerdos sobre asuntos técnicos y políticamente poco controvertidos. Cosechar la fruta que se encuentra en las ramas más bajas del árbol. Después, habrá que ir con los mandatarios para ver si lo aprueban o no.
Cancún no será cumbre, será meseta; quizá termine en planicie. En efecto, resulta difícil compartir la decisión de que a la COP-16, la conferencia mundial más importante sobre medio ambiente, no acudan los jefes de Estado y de gobierno. Son ellos los que pueden comprometer a sus países, los que pueden presionar con mayor eficacia a sus sectores industriales para que adopten nuevas normas ambientales; los que pueden enviar a sus congresos la convención que vaya a sustituir al Protocolo de Kioto. Esto no pueden lograrlo los ministros de relaciones exteriores ni los de medio ambiente. Quizá estos últimos tengan mayores conocimientos de las materias y los mecanismos multilaterales de negociación, pero carecen de la fuerza política que poseen los presidentes y primeros ministros para alcanzar un compromiso que detenga el calentamiento global y la fractura definitiva del equilibrio ecológico.
Quizás haya sido el temor a que se calificara a la Conferencia de Cancún como un fracaso, como le sucedió a la previa reunión de Copenhague. Quizá se previó que la presencia masiva de los mandatarios atraería a más grupos de manifestantes, de vándalos y globalifóbicos. Se habrá pensado que era nocivo para la imagen de México mostrar escenas de sometimiento a manifestantes en la zona hotelera. Se habrá considerado también la pesadilla de logística y de seguridad que implica tener juntos a los grandes líderes del mundo. Todas estas pueden ser consideraciones válidas, salvo por el hecho de que ahora sí garantizan el fracaso de la penúltima reunión, antes de que concluya el Protocolo de Kioto. Ahora sí corremos el riesgo de que el mundo se quede sin un gran instrumento internacional para atenuar la emisión de gases efecto invernadero y de que las empresas más contaminantes del mundo tengan obligaciones que cumplir con el planeta. A todas luces, este escenario es más riesgoso que tener manifestantes en la Avenida Tulum o el costo de sellar la zona turística de Cancún.
Si se intentaba reducir las expectativas que se tenían sobre los logros posibles de la COP-16, esto ya se ha logrado.
Cuando 192 países se sientan alrededor de una mesa a discutir algún tema solamente hay dos posibles resultados: se alcanza el mínimo común denominador o los Estados más poderosos movilizan a los más débiles a cambio de presiones o de dádivas y concesiones. Si se alcanza el mínimo común denominador, el esfuerzo colectivo no llegará más allá de una declaración general de principios, sin dientes, sin compromisos obligatorios para las partes. Uno de esos principios puede ser, inclusive, hacer un llamado a continuar con las negociaciones, sin un plazo definido para su culminación.
Así las cosas, el segundo escenario es más realista. China, Estados Unidos, Brasil, la Unión Europea y quizá la India, tienen que llegar a un acuerdo para que la maquinaria mundial pueda ponerse en funcionamiento. El resto de los países son, ante todo, nerviosos espectadores de las decisiones que tomen las grandes potencias. Si China y Estados Unidos, que generan más de la mitad de los gases efecto invernadero, no aceptan mecanismos obligatorios de reducción de emisiones, ninguna convención mundial de medio ambiente podrá prosperar.
El reto es, desde luego, cómo convencer a Washington y a Beijing de que moderen su crecimiento industrial —y por ende desaceleren la creación de empleos y de riqueza— en aras de que el planeta restaure su equilibrio ecológico. El reto es cómo crecer sin provocar que la Tierra llegue a un punto en que resulte imposible sostener la vida. El dilema es claro: la Tierra no sabe de economía.
En sentido inverso, podría también afirmarse que los políticos y muchos industriales y financieros tampoco saben mucho de la Tierra. O les importa poco, frente a la necesidad de ganar votos y generar utilidades.
Así las cosas, una de las pocas alternativas verdaderamente viables para enfrentar el deterioro ambiental es el desarrollo urgente de nuevas tecnologías. Y tienen que ser mejores y más baratas. Ahí está el ejemplo del Protocolo de Montreal, que fue capaz de eliminar los CFCs de las latas de desodorantes y de espuma de rasurar, gracias al descubrimiento de un sustituto —el gas freón— más barato y amable al medio ambiente. Esto ha ayudado grandemente a evitar que la capa de ozono continúe perdiéndose.
Ya que Cancún será una conferencia light, las baterías podrían enfocarse en alcanzar acuerdos sobre asuntos técnicos y políticamente poco controvertidos. Cosechar la fruta que se encuentra en las ramas más bajas del árbol. Después, habrá que ir con los mandatarios para ver si lo aprueban o no.
08 noviembre 2010
Agua Para Siempre
por Raúl Guzmán Enzástiga
Como todos sabemos, este fin de semana, el programa “Agua Para Siempre” fue nombrado ganador, entre los 47,049 proyectos concursantes en Iniciativa México. Este premio, además de que permitirá continuar y ampliar el programa, indica que el tema del agua es una preocupación genuina de toda la población mexicana, y dará pie al surgimiento de otros proyectos dirigidos a la restauración de acuíferos y cuencas, para que México efectivamente cuente con “Agua para Siempre”.
¿Por qué es importante este proyecto? Porque en México la disponibilidad de agua per capita ha disminuido dramáticamente en los últimos años. En 1950 contábamos con 18,035 metros cúbicos anuales por habitante (m3/hab/año) y hasta finales de 2008, esta cifra se redujo a tan solo 4,288 m3/hab/año en promedio nacional.
Por otra parte, la situación es alarmante en algunas cuencas, particularmente en el Valle de México, donde la disponibilidad ha disminuido a 165 m3/hab/año, siendo que a nivel mundial se considera que una región sufre estrés hídrico cuando dispone de cantidades de agua menores a 1,700 m3/hab/año.
Por estas razones, felicitaciones a la organización civil Alternativas, AC y su programa "Agua Para Siempre", que en 30 años de labores ha logrado mejorar la calidad de vida de las familias, aumentar la disponibilidad natural del agua, disminuir su contaminación y mejorar los terrenos de cultivo, incrementando así su seguridad alimentaria, hídrica y económica.
Links de "Agua Para Siempre":
http://www.alternativas.org.mx/
http://www.alternativas.org.mx/hacemos_agua.html
http://www.museodelagua.org.mx/ultimo_reto_bienvenida.html
Como todos sabemos, este fin de semana, el programa “Agua Para Siempre” fue nombrado ganador, entre los 47,049 proyectos concursantes en Iniciativa México. Este premio, además de que permitirá continuar y ampliar el programa, indica que el tema del agua es una preocupación genuina de toda la población mexicana, y dará pie al surgimiento de otros proyectos dirigidos a la restauración de acuíferos y cuencas, para que México efectivamente cuente con “Agua para Siempre”.
¿Por qué es importante este proyecto? Porque en México la disponibilidad de agua per capita ha disminuido dramáticamente en los últimos años. En 1950 contábamos con 18,035 metros cúbicos anuales por habitante (m3/hab/año) y hasta finales de 2008, esta cifra se redujo a tan solo 4,288 m3/hab/año en promedio nacional.
Por otra parte, la situación es alarmante en algunas cuencas, particularmente en el Valle de México, donde la disponibilidad ha disminuido a 165 m3/hab/año, siendo que a nivel mundial se considera que una región sufre estrés hídrico cuando dispone de cantidades de agua menores a 1,700 m3/hab/año.
Por estas razones, felicitaciones a la organización civil Alternativas, AC y su programa "Agua Para Siempre", que en 30 años de labores ha logrado mejorar la calidad de vida de las familias, aumentar la disponibilidad natural del agua, disminuir su contaminación y mejorar los terrenos de cultivo, incrementando así su seguridad alimentaria, hídrica y económica.
Links de "Agua Para Siempre":
http://www.alternativas.org.mx/
http://www.alternativas.org.mx/hacemos_agua.html
http://www.museodelagua.org.mx/ultimo_reto_bienvenida.html
04 noviembre 2010
Nueva fase del blog MEDIO AMBIENTE MÉXICO
Hoy iniciamos una nueva fase de este blog, en la que se sustituye la sección "Vínculos Ambientales", para ser reemplazada por entradas referentes a organizaciones, empresas y proyectos ambientales.
Iniciamos con el proyecto CB-Nex (Climate and Biodiversity Nexus): www.cbnex.com
Una plataforma diseñada para conectar organizaciones y gente a las actividades de biodiversidad y cambio climático.
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