Expertos en nuevas formas de producción energética han apostado por explorar las posibilidades del centro y del sur del continente americano por la abundancia de recursos naturales para desarrollar nuevos proyectos. Las compañías españolas podrían poner su punto de mira en Latinoamerica tras la moratoria del Gobierno español.
Las energías renovables podrían encontrarse ante un terreno sin explotar y en el que, según aseguran los expertos reunidos en el Foro de Financiación para Energías Renovables, no tendría nada que ver la decisión argentina de expropiar YPF a la compañía española Repsol. Carlos St James, presidente del Consejo de Energías Renovables de Latinoamérica y el Caribe, reconoce que la industria de las energías renovables crece a buen ritmo a nivel mundial, cercano al 40%. En concreto, “América Latina y Caribe es la región de mayor crecimiento de la industria de energías renovables”. En 2010, último año del que se tiene cifras, se invirtieron más de 13.000 millones de dólares en parques eólicos, proyectos de etanol, parques solares y otras áreas de renovables.
Hasta ahora Brasil ha sido el país que más fondos e inversiones ha recibido para sacar adelante la industria de las energías renovables. En total, se han destinado 7.000 millones de dólares para la construcción de parques eólicos y a las plantas de producción de etanol con caña de azúcar. Otros países que en breve podrían compartir protagonismo con Brasil son México, Colombia, Chile, Uruguay y Centroamérica.
En plena crisis económica internacional, las energías verdes se refugian en valores seguros, y tanto el mundo inversor de Londres como el de Nueva York han decidido que sea en los países de Latinoamérica donde se invierta en las energías no convencionales, gracias en parte al gran potencial de recursos naturales. Estos proporcionarían suficiente materia prima para el desarrollo de la energía eólica, solar y geotérmica, aún sin expansión. Sin embargo, ya hay países que junto a Brasil han aportado incentivos para lanzarse de lleno a la experiencia de la energía verde. Son Nicaragua, Argentina y Panamá.
El más decidido de todos los países es Uruguay, donde ya se han puesto en marcha incentivos para que las empresas públicas y los sectores industrial y comercial inviertan en energías verdes defendidas por una agresiva política de lo renovable. Por su parte, los inversores también parecen decididos a apostar por los países del entorno a pesar de Argentina.
Daniel Petrie, vicepresidente de la banca de inversión Helm, ha subrayado que “desde hace muchos años, desde el 2001” reconocen que Argentina es un país “bastante caprichoso” en su forma de tratar al inversor. “Todos reconocen que es un país así”, al igual que Venezuela o Bolivia. Sus decisiones a nivel nacional, aseguran los inversores, no afectarán al flujo de capitales para desarrollar objetivos de energías limpias en países del entorno.
Lo que sí advierten estos inversores reunidos en Miami es que la decisión de Argentina de expropiar YPF a Repsol podría detener muchas de las inversiones en aquel país hasta que se resuelva la situación. La inquietud generada por la presidenta Fernández genera un clima de incertidumbre que no es bueno para la economía de Argentina y tampoco para otros países de su entorno que actúan en la misma dirección.
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