Imagen: Parque Nacional Cabo Pulmo.

17 mayo 2011

La energía, “motor” de la contaminación en el DF

Fuente: Periódico El Universal, 17 de mayo de 2011.

Eledín Camacho recorre cerca de 25 kilómetros al día en su automóvil. Lo utiliza para llevar y recoger a sus hijas en la escuela, planteles que están en distintas ubicaciones en la delegación Tláhuac, y a veces para otras actividades. Él no lo sabe, pero en ese trayecto su coche genera poco más de 6 kilos de emisiones, de los cuales cerca de 4.5 kilos son contaminantes; el resto es vapor de agua.

El caso de Eledín corresponde sólo a un ejemplo en la ciudad, donde hay 4.4 millones de vehículos que producen 44% de Gases de Efecto Invernadero (GEI), considerados como un factor determinante en el cambio climático.

Para que se generen los contaminantes primero debe haber un consumo de energía, la cual proviene de la quema de combustibles fósiles, como hidrocarburos y gases.

De acuerdo con el diagnóstico de la Coordinación de Uso Eficiente de Energía (CUEE), dependiente del gobierno del Distrito Fedreal, del total del consumo energético en la ciudad, 45.48% corresponde a la quema de hidrocarburos (gasolina, diesel y turbosina), 43.35% a electricidad y 11.17% a gas natural y LP.

“Cada vez que consumimos una unidad de energía, llámese eléctrica, gasolina, quema de leña, etcétera, no tenemos conciencia de que por ese motivo se están emitiendo gases de efecto invernadero”, señala Jaime Arceo, titular de la CUEE.

Esa quema de energía está directamente relacionada con la economía del planeta y el bienestar de los ciudadanos, indica Carlos Gay García, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien considera que “se deben cambiar las formas de cómo nos relacionamos con el planeta”.

Explica que no necesariamente se debe dejar de producir energía con combustibles fósiles, como petróleo y carbón. Sin embargo, agrega, si se aspira a una mayor sustentabilidad del planeta, es necesario reducir la producción con esos elementos y buscar alternativas de abastecimiento.

“No tiene que ver con reducir las expectativas de bienestar, no se trata de que vivamos peor, de lo que se trata es de que vivamos tan bien como ahora, pero quemando mucho menos petróleo, consumiendo mucho menos recursos naturales”, señala el especialista de la UNAM.

A su vez, Rafael Loyola, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, afirma que la dependencia petrolera de México ha llevado al país a permanecer rezagado en la generación de energía renovable. Por mencionar un ejemplo, estima que en energía eólica el atraso es de al menos 30 años.

El investigador, organizador y encargado de la relatoría del simposio “La transición energética y las energías alternas: oportunidades y responsabilidades”, que se realizó en Querétaro a mediados de mayo, señala que los gobiernos, incluido el del DF, deben mirar hacia las energías renovables, a la diversificación de las fuentes, así como al ahorro y eficiencia energética.

Menciona que mientras a nivel mundial la energía alternativa alcanza hasta el 8% del total de producción en algunos países, mientras que en México no representa ni el 1%.

Gases de Efecto Invernadero

En la ciudad se generan cerca de 52 millones de toneladas de GEI al año, provenientes de diversas fuentes.

De acuerdo con el último Inventario de Emisiones de GEI, de la Dirección de Programas de Calidad de Aire de la Secretaría del Medio Ambiente, elaborado con información de 2008, el sector transporte es el que más contaminación produce, con el 44.2%.

Le sigue el sector industrial con 28.8%, el habitacional con 9.11% y el comercial y de servicios con 2.1%, mientras que otras fuentes (que incluye operación de aeronaves, locomotoras, terminales de autobuses, distribución y almacenamiento de gas LP, incendios forestales y rellenos sanitarios), equivalen al 15.7%.

La generación de energía eléctrica, dentro del sector industrial, aporta el 7% del total de GEI.

Resalta que del 44.2% de las emisiones de GEI que produce el sector transporte, los vehículos particulares contribuyen con un 23%.

Producción de a kilo

El padrón vehicular en el DF consta de 4 millones 427 mil vehículos, según el Programa Integral de Transporte y Vialidad 2007-2012, de los cuales 3 millones 395 son particulares, el resto son autobuses, microbuses, taxis y motocicletas, entre otros.

Esos automotores consumen en promedio cuatro mil millones de litros de combustibles, principalmente gasolina, seguido de diesel, y son los principales generadores de contaminación.

A nivel particular, Jaime Arceo Castro, del CUEE, estima que un automotor que recorre diez kilómetros, trayecto en el que gasta un litro de gasolina, estaría generando 2.5 kilos de emisiones, de las cuales 700 gramos serían de vapor de agua.

Al respecto, Jorge Sarmiento Rentería, director de Programas de Calidad del Aire e Inventario de Emisiones, de la Secretaría del Medio Ambiente, confirma que esa cantidad de emisión estaría generando un auto.

La cifra puede tener ligeras variaciones al considerar el modelo del vehículo y altura sobre el nivel del mar, dice.

Armando Retama, director del Sistema Atmosférico de la Secretaría del Medio Ambiente, explica por qué los GEI se pueden medir en kilos.

Detalla que al quemarse el combustible, en este caso la gosolina, pasa del estado líquido a gaseoso y los gases están compuestos de moléculas que se mueven libremente.

“Cuando el escape emite gases, emite moléculas que tiene una masa. Para pesarlos se aislan y se miden, con diferentes técnicas, por ejemplo se llenan en cilindros” y eso es lo que determina la cantidad en gramos.

Agrega que de la combustión de la gasolina se puede producir vapor de agua, bióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y muchos tipos de hidrocarburos, que integran los GEI.

Señala que la atmósfera tiene CO2, el cual no causa daño en la superficie, pero en altas concentraciones los GEI se diluyen en la atmósfera y atrapan la energía del sol, lo cual “produce ese efecto que les ha dado por llamar cambio climático o calentamiento global”.

Destaca que cada contaminante puede tener determinado impacto en la salud de la población, pero todo depende de la forma cómo se diluyan en el ambiente esos químicos.

”Si usamos el auto en la carretera, el humo se va diluyendo y no tiene impacto, pero en la ciudad, en un embotellamiento, lo que estamos generando se incorpora a los otros y los niveles de contaminantes se convierten en un riesgo”, precisa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que nos hace falta a los ciudadanos es concientizarnos un poco, informarnos en muchos aspectos, para tratar de disminuir todas las cosas que estamos haciendo mal y que dañan a nuestra ciudad, pero al menos ya muchos ciudadanos están atendiendo este tipo de problemas http://www.alguienteniaquedecirlo.mx/quienes-somos.php